El turismo de masas se inició en España con el Plan de Estabilización aprobado en julio de 1959, que permitió declarar la convertibilidad de la peseta, una incipiente liberalización de la economía española coincidiendo con cierta apertura al exterior, y permitió recoger los frutos del fuerte crecimiento económico surgido en Europa tras la posguerra. Este crecimiento se reflejó en el boom turístico de los años sesenta, que transformará el litoral mediterráneo y traerá a España oleadas de turistas.

Playa del Bajondillo. Torremolinos, años 60

El aumento de la demanda estuvo propiciado por varias circunstancias como el incremento del nivel de vida en el centro y norte de Europa, las vacaciones pagadas, los primeros vuelos chárters y la gran diferencia de precios entre esos países y España.

Cártel turístico de Málaga y Plaza de José Antonio (plaza de la Constitución en la actualidad) en la década de los 60.

Durante la década de los sesenta, España se incorporó definitivamente al grupo de países especializados en la recepción del turismo de masas. Si los países emisores europeos se especializaron en la creación de touroperadores y compañías crárters, España, como país receptor, deficitario en infraestructuras y equipamientos, necesitó crear en muy poco tiempo toda una planta hotelera, restaurantes, agencias de viajes, mejorar las carreteras, los puertos y los aeropuertos.

Vista del puerto de Málaga en los años 60.

Todo ello trajo consigo un crecimiento vertiginoso del turismo. Si en 1960 había entrado en España poco más de seis millones de visitantes, en 1973 fueron más de treinta y cuatro millones y medio, con un crecimiento medio interanual cercano al 15%. Las costa españolas se llenaron de turistas dispuestos a dejarse sorprender por el typical spanish.

Hotel Pez Espada en Torremolinos. Años 1963.

Los primeros hoteles de playa empezaron a construirse incorporando un diseño arquitectónico geométrico y funcional propio de la modernidad del momento. Unos de los hoteles que inició su andadura a finales de los años 50 en la Costa del Sol fue el emblemático Pez Espada. Su prestigio marcó de inmediato su éxito y ha sido considerado pionero de la hostelería malagueña y española.